De octubre 1917 al «socialismo del siglo XXI»

  • Catherine Samary

    Catherine Samary

    Economista especializada en los Balcanes, profesora de la Universidad Paris Dauphine, pertenece al consejo científico de ATTAC Francia y miembro de la IV Internacional. http://csamary.free.fr

02.11.2017

Debate principal: Debate sobre la Revolución de 1917

Todos los pasados no tienen idéntico porvenir, podemos afirmar con Daniel Bensaïd. Octubre 1917 no se dejará enterrar fácilmente. Su inmenso legado, que se debe actualizar, es haberse atrevido a poner en la agenda el cuestionamiento del orden existente –sin recetas y no sin trágicos errores-, enfrentándose a las guerras y violencias sociales de los poderosos, a escala nacional e internacional.

Sin embargo, cien años más tarde, a pesar de que la «hipótesis comunista» parece descartada, muchos puntos comunes nos acercan a los desafíos de Octubre. La hipótesis menchevique, según la cual había que esperar de un desarrollo capitalista los progresos sociales y democráticos conducentes a la llegada del socialismo, no se la cree ya nadie: la socialdemocracia ha preferido arrojarse al orden neoliberal. El capitalismo se ha mundializado de nuevo de manera aún mas orgánica que nunca, haciendo impensable «la construcción del socialismo en un solo país», aunque cada resistencia debe anclarse nacionalmente con solidez. Una «tercera guerra mundial» social, y desastrosa desde la óptica del medio ambiente, se despliega desde los años 80, excluyendo cualquier opción democrática, tal y como lo había expresado el eslogan de Margaret Thatcher: TINA «There is no alternative».

Esta afirmación la desmienten quienes sí que luchan por una alternativa. El movimiento de resistencia surgido en particular en Chiapas y organizado desde los años 1990 en las múltiples redes contra esta nueva mundialización ha podido esperar «cambiar el mundo sin tomar el poder»[1]. Y existen múltiples combates para «agrietar» el capitalismo[2]: desde redes apoderándose de software libre hasta aquellas enlazando las «ciudades rebeldes»[3]; resistencias impulsadas por Vía Campesina[4], la Comuna de Rojava inspirada en las tesis de Murray Bookchin[5]. También hemos visto el regreso a respuestas «estatistas» o «populistas de izquierda», así como el llamamiento de Hugo Chávez a pensar un «socialismo del siglo XXI[6]». Habrá que repensar cómo cambiar el mundo, sin minimizar el peligro de las pseudo-alternativas antisistema xenófobas, ni volviendo a caer en los males burocráticos del pasado. Hay pues que hacer balance de los avances y las derrotas del «siglo soviético» aprovechando una baza: la perspectiva que nos permite agrupar hoy diversas experiencias que midan no sólo las amenazas burguesas internas y externas contra los proyectos de subversión del orden capitalista, sino también los riesgos de cristalización burocrática y estatalista. Estos riesgos son intrínsecos al propio movimiento si no son combatidos a consciencia[7].

El ímpetu de la revolución de 1917[8] se alimentó de una potentísima e impresionante movilización desde «abajo» (en las empresas y en el campo) y de un embrión de poder popular por «arriba» desde el momento de la institución de los soviets, en particular en el ejército, donde se anudaba la alianza entre trabajadores y campesinos.

No fue con llamamientos abstractos a la revolución o a un «socialismo» (cuyo contenido era controvertido hasta en sus propias filas) que los bolcheviques obtuvieron la mayoría en los soviets y los comités de fábrica o que organizaron y legitimaron la toma insurreccional del poder. Lo lograron porque «presentaban el poder de los soviets como única alternativa a una contra-revolución»[9]; y porque este análisis «correspondía a la realidad» vivida. «Todo el poder a los soviets» significaba entonces, concretamente, derechos sociales, la legalización del control obrero en las fábricas y de la tierra para aquellos que la trabajaban, como mostraron los primeros decretos de Octubre.
Por ello la revolución de Febrero no era únicamente anti-zarista y «democrático burguesa»: sin afirmarse «socialista», era profundamente «democrática anti-burguesa»[10] por la movilización de los soldados y campesinos cuya alianza se anudaba en los soviets de soldados. La brecha principal entre bolcheviques y mencheviques, relacionada con la posición ante la guerra, no se refería, en esta fase, a la concepción del partido: era común la voluntad de enraizarse en las masas. La divergencia, estratégica, trataba sobre la opción de los mencheviques de aliarse con las supuestas corrientes «democráticas burguesas» contra la opción bolchevique de apoyar las movilizaciones y los soviets de trabajadores y campesinos, por la defensa de sus derechos y contra las guerras imperialistas en una perspectiva de impugnación revolucionaria del orden mundial.

Contra el boicot patronal, «los obreros respondieron poniendo en práctica en la fábrica el modelo campesino con el que estaban familiarizados», subraya Marc Ferro[11]: «la asamblea general de los obreros correspondía al `obchtchetstvo´, la gestión colectiva era una forma de `Mir´ o de `Artel´, véase el `Consejo de los Mayores´ del que deriva el `comité de fábrica´», que es una transcripción de las costumbres del pueblo o la aldea. Un colectivo de fábrica interpelaba a otro como lo hacía un pueblo a otro pueblo. Estos obreros querían ser los dueños de la fábrica de la misma manera en que juzgaban que la tierra debía pertenecer a aquellos que la trabajan». Es verdad que este «movimiento autogestionario» fue «tanto más vivo cuanto la fábrica era más pequeña» ya que las modalidades de hacerse cargo parecían al alcance de la mano y que la participación de todos estaba asegurada.

Esto no era así en las fábricas gigantes, las cuales, vista su importancia, estuvieron a la cabeza del movimiento de los comités de fábrica, sin ser sin embargo autogestionarias. Allí, los obreros juzgaban la autogestión «utópica» y privilegiaron «la noción de control obrero como un sistema operativo del cual ellos serían los guardianes. Este control sería su garantía contra los abusos; aún más: les protegería contra el desempleo y haría de ellos, en la fábrica, participantes con derechos», no sin la posibilidad de optar por la gestión o por la exigencia de nacionalización en caso de lock-out patronal.

Los bolcheviques eran populares en los comités de fábrica ya que ponían el acento en ese «control obrero» para combatir el sabotaje patronal y la orientación de los mencheviques en los sindicatos. Pero desconfiaban de la autogestión, incluso del «control obrero» si este viniese a evolucionar hacia una gestión atomizada de las fábricas. Ésta se percibía como anarquista, vector de caos y de comportamientos «egoístas»[12].

La dimensión pragmática racional de ese punto de vista se combinaba con el convencimiento teórico (muy discutible) dominante entonces en Lenin y muchos marxistas para quienes la concentración capitalista, véase incluso su «organización científica del trabajo», preparaba el «socialismo». La nacionalización suprimiría la anarquía de la propiedad privada y del mercado capitalista, ya que permitiría el «censo» técnico de los recursos.

Marc Ferro estima que «en la práctica los bolcheviques juzgaban que la asunción del control de las fábricas por un ‘Estado obrero’ era en sí misma garantía contra un sistema de explotación». Y, agrega, «tal era finalmente el sentimiento de la mayoría de los militantes, exceptuando los anarquistas». Fue esa lógica del «control obrero» anclado en los comités de fábrica la que progresivamente fue dejando a los sindicatos, organizados a escala de sector y a escala nacional, la función de «gestión» una vez establecida la toma del poder por los bolcheviques[13].

Sin embargo, la autogestión fracasó. La causa no fue tanto la desconfianza de los bolcheviques como que las propuestas de los anarquistas eran ampliamente minoritarias en los comités de fábrica, incluso antes del «comunismo de guerra», del trágico error de la represión de Kronstadt y de la prohibición de los partidos y las tendencias por el partido bolchevique[14].

La lógica de la autogestión atomizada de las empresas se dio de bruces contra la amplitud del sabotaje patronal primero y luego con la necesidad objetiva de una organización nacional de la producción. En particular del suministro de materias primas y de la organización de las redes de transporte. Por ello en 1917 muchos anarquistas se unieron a los bolcheviques y, como ellos, se dividieron sobre las dificultades del paso de una lógica «a la contra» y, alternativamente, de una lógica de construcción de una nueva sociedad[15].

El fracaso de la autogestión, mencionado por Marc Ferro, acompañaba el hundimiento de la economía: «voluntaria o forzosamente, los trabajadores aceptaron la fórmula de la nacionalización con control obrero. Esta fórmula parecía mejor adaptada a una lucha contra el Capital y como acompañaba medidas contra la patronal y muchas decisiones a favor de los trabajadores, se la sintió como una victoria de la revolución. Que en este sentido lo era.»

Pero, agrega Marc Ferro, ocurrió una conmutación del poder. No hacia la clase obrera como tal sino hacia «aquellos que, habiéndose aprovechado de su confianza, iban a hablar en su nombre». Como Rosa Luxemburgo advirtió al apoyar a Octubre, la asfixia de la democracia, supuestamente defendiendo la revolución contra sus adversarios, se volvería contra ella, con una lógica «sustituista» de los que hablan «en nombre de»[16]. Semejantes deslizamientos verticalistas pueden constatarse incluso en los «movimientos», redes o asociaciones que critican a los «partidos» pero donde los núcleos dirigentes de facto imponen sus normas y selecciones, «en nombre de…»

Los errores, los dilemas reales y los falsos dilemas, pueden discutirse colectivamente y superarse. La crisis yugoslava abierta a final de los años 60 -que no podemos tratar aquí-[17] actualizó una crítica de la alienación de la autogestión a la vez por el mercado y por un plan establecido por el partido-Estado. Hoy las propuestas de discusión colectiva buscan conciliar la democracia autogestionaria y las necesidades igualitarias de una planificación que respete los derechos sociales y los nacionales, mediante la elaboración por los propios autogestores de las grandes orientaciones de prioridades planificadas. Por ejemplo, se plantea que las «Cámaras de autogestión» se configuren en diferentes niveles territoriales para asegurar su implantación, junto a las «comunidades de interés autogestionarias» de usuarios y productores que gestionen conjuntamente bienes y servicios específicos (hospitales, transportes, etc.) en los diferentes niveles territoriales.

Lo importante es definir los derechos de autogestión no solamente a nivel de la unidad de producción (es decir de un empleo), sino sobre todo del espacio territorial donde se organiza el «trabajo asociado» y la «apropiación social» de los recursos que exigen criterios solidarios. La coordinación y la centralización no serían estatalistas (por encima de los autogestores) sino bajo su control. Y es en un espacio así en que una «economía de los trabajadores» como productores y usuarios, ciudadanos, hombres y mujeres de diferentes naciones eventualmente libremente asociadas, en el que se puede determinar «el trabajo socialmente necesario» para satisfacer las necesidades que se juzgan esenciales.

Detrás de la dualidad de poder, en 1917, yacía una dualidad de derechos –unos legales de los pudientes y aquellos, legítimos, defendidos en las luchas, con otros criterios implícitos de «eficacia»-. Lo mismo ocurre hoy en lo que podemos denominar «la economía política de los trabajadores»[18] que busca y se expresa de manera embrionaria en la exigencia de derechos y de criterios sociales y ecológicos que no son respetados por los pudientes. Una manera de hacer visible esa dualidad de derechos y criterios potenciales es la consigna y la organización práctica de un «control social» (como en 1917 con el «control obrero») sobre las empresas que despiden o cierran o sobre las deudas de los presupuestos municipales y nacionales que sirven de pretexto a los pudientes para suprimir empleos y derechos.

Y, como en 1917, frente a las crisis de despidos o a la huida de capitales, pueden nacer luchas por la vida con formas de autogestión defensivas o con exigencias de nacionalizaciones con control social. Estas luchas serán inestables y amenazadas en un entorno mercantil capitalista dominante y frente a la guerra social que conocemos. Para consolidarse y encontrar su coherencia las alternativas embrionarias necesitarán coordinarse para ganar peso. Luchando en cualquiera de las escalas en las que el Capital imponga sus reglas. Defendiendo otros derechos y criterios que apunten a la protección del medio ambiente. Poniendo en cuestión todas las relaciones cruzadas de explotación y de opresión.

Notas:

[1]. Ver la discusión (en francés) sobre este tema en Contretemps (2003), “Changer le monde sans prendre le pouvoir?” (coordinado por P. Corcuff y M. Lowy) con, en particular, una discusión de J. Holloway por Daniel Bensaïd.

[2]. J. Holloway, Crack Capitalism: 33 thèses contre le Capital, Libertalia 2012. En castellano: el último libro editado de Holloway es Agrietar el Capitalismo: El hacer contra el trabajo. 2011. Editorial Intervención Cultural ISBN: 9788415216100

[3]. D. Harvey, “Villes rebelles. Du droit à la ville à la révolution urbaine” : http://www.jssj.org/article/villes-rebelles-du-droit-a-la-ville-a-la-revolution-urbaine/

[4]. http://www.confederationpaysanne.fr/rp_article.php?id=6081 y http://www.alainet.org/fr/articulo/186917

[5]. Ver Benjamin Fernandez ,« Murray Bookchin, Ecologie ou barbarie, Aux sources du communalisme kurde », juillet 2016 https://www.monde-diplomatique.fr/2016/07/FERNANDEZ/55910 Cf. aussi http://dissidences.hypotheses.org/7721

[6]. Ver artículo de Stuart Piper de IVP, traducido al francés para la revista Inprecor de junio-julio 2007, número 528-529 http://www.inprecor.fr/article-Venezuela-Le%20d%C3%A9fi%20du%20socialisme%20au%20XXIe%20si%C3%A8cle?id=21
En castellano: Revista VientoSur número 94 de noviembre 2007. Socialismo siglo XXI.

[7]. Ver en particular la cuarta parte de mi contribución en Inprecor, agosto-septiembre 2017, número 642-643 (en francés): OCTOBRE 1917-2017 D´un communisme décolonial à la démocratie des communs: Le « siècle soviétique» dans la tourmente de la « révolution permanente »

[8]. Ver en particular Marc Ferro, La revolution de 1917, edición Albin Michel, 1997 y Alexander Rabinovitch, Les bolcheviks prennent le pouvoir, la révolution de 2017 à Pétrograd, La Fabrique Éditions 2016.

[9]. David Mandel, Les travailleurs de Pétrograd dans la révolution russe, Introducción. Syllepse 2017. Hay publicados varios textos en castellano de David Mandel sobre la revolución de 1917 en VientoSur 2017.

[10]. Ver Lars Lih, De Février à Octobre, https://www.contretemps.eu/revolution-russe-fevrier-octobre

[11]. Marc Ferro, op. citado, pág 745, de donde he sacado las siguientes citas del historiador.

[12]. Ver, aparte de Marc Ferro, a Maurice Brinton, « Les Bolcheviks et le Contrôle ouvrier » https://bataillesocialiste.files.wordpress.com/2017/07/brinton-les-bolcheviks-et-le-contrc3b4le-ouvrier.pdf .Brinton cita en abundancia el opúsculo sobre los Comités de fábrica escrito por Anna M. Pankratova, Fabzavkomy Rossii v borbe za sotsialisticheskuyu fabriku (Los Comités de fábrica rusos en su lucha por una fábrica socialista), Moscú, 1923, una parte del cual fue publicado en el número 4 (diciembre 1967) en la revista francesa Autogestion.

[13]. Ver Maurice Brinton (op. citado), Leonard Shapiro, Les Bolcheviks et l’opposition: 1917-1922, Edición Les Nuits rouges 2007 ; Michel Olivier http://www.leftcommunism.org/IMG/pdf/GR_-_Decistes_-_presentation.pdf

[14]. Ver, aparte de Marc Ferro y las obras citadas en , Victor Serge en «Trente ans après la Révolution russe », publicado en 1947 en la revista La Révolution prolétarienne et republicado en marzo 2017 por la revista electrónica A l´encontre. En castellano en: http://www.vientosur.info/spip.php?article12418

[15]. Ver en particular el site de archivos http://www.nestormakhno.info/index.htm principalmente la Plataforma del grupo DieloTruda de los anarquistas rusos del extranjero (Makhno, Mett, Archinov, Valevski, Linski) criticado por Voline por haberse «bolchevizado».

[16]. Propongo una contribución a la completa revisión y a la necesaria actualización del « siglo soviético » y de los grandes debates que ha suscitado en D’un communisme décolonial à la démocratie des communs: Le « siècle soviétique » dans la tourmente de la « révolution permanente » Inprecor n° 642-643 agostot-septiembre 2017.

[17]. La represión titista de cualquier movimiento y crítica autónomas impidieron una gestión autogestionaria solidaria de esta crisis, a pesar de la convocatoria de un congreso de los autogestionarios en 1971 en Sarajevo. Ver mi balance de esta experiencia en https://entreleslignesentrelesmots.wordpress.com/2017/10/17/1948-2018-contre-vents-et-marrees-hier-comme-aujourdhui-lactualite-dun-socialisme-autogestionnaire/

[18]. Ver Michael Lebowitz Build it Now: Socialism for the 21st Century, Monthly Reviw Press, 2006 – cuyo último capítulo se refiere a Venezuela. Ver igualmente de este autor Marx’s political Economy of the Working Class (2003) y The Contradiction of Real Socialism: the Conductor and the Conducted (2012) y el site http://links.org.au/files/pdf/Lebowitz_Dossier_3.pdf

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Pocas veces un triunfo político tan deslumbrante y esperanzador como la toma del poder por los soviets en la Rusia zarista tuvo un desenlace tan dramático y devastador para la conciencia del movimiento popular en todo el mundo. Este es el meollo de la cuestión que intentan explicar buena parte de los artículos de Espacio Público del debate titulado “Hablemos de la Revolución de Octubre”. Pero es pertinente hacerse algunas preguntas. ¿Tiene algún interés reflexionar sobre acontecimientos ocurridos en Rusia hace un siglo? ¿Por qué se han publicado más de 11.000 artículos en el mundo durante los meses de...
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  • Pelai Pagès i Blanch

    Historiador

    Cuando a principios de noviembre de 1917 llegaron a España las primeras noticias sobre la revolución bolchevique en Rusia, el movimiento obrero español se encontraba en la fase de reflexión colectiva que caracteriza el período posterior a un movimiento revolucionario fracasado, como fue la huelga general revolucionaria que había tenido lugar en el mes de agosto. Y se encontraba también en un momento de reestructuración y reorganización ante los futuros combates que se preparaban. 1918 es un año de Congresos para la Unión General de Trabajadores, para el Partido Socialista Obrero Español y para la Confederación Nacional del Trabajo. Pero...
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  • Pedro Chaves

    Politólogo, investigador especializado en la UE

    En el segundo centenario de la Revolución Francesa, Den Xiao-Ping, veterano dirigente de la República Popular China hasta 1997, comentó que no había transcurrido tiempo suficiente para tener una verdadera perspectiva histórica sobre el impacto de tan magno acontecimiento. La Revolución Rusa de 1917 forma parte de esos magnos acontecimientos que igualan en trascendencia y significación a la Revolución Francesa de 1789. Subvirtió la realidad existente y creó una nueva dimensión histórica en nuestra sociedad. Desde noviembre de 1917, la victoria de los bolcheviques formó parte de lo cotidiano de nuestra existencia y el Siglo XX no puede...
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  • Javier Pastor Verdú

    Editor de 'Viento Sur' y profesor en el Departamento de Ciencias Políticas en la UNED

    * Prólogo de 'Historia de la Revolución rusa' de León Trotsky Al igual que Tucídides, Dante, Maquiavelo, Heine, Marx, Herzen y otros pensadores y poetas, Trotsky alcanzó su plena eminencia como escritor en el exilio durante los pocos años de Prinkipo. La posteridad lo recordará como el historiador, así como el dirigente, de la Revolución de Octubre (Isaac Deutscher, 1969:206). Así pues, sea cual sea el desfase que se observa entre las realidades que genera la Revolución de Octubre, por un lado, y, por el otro, el ideal del proyecto socialista tal como lo imaginaban los bolcheviques, la obra de Trotsky...
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  • Kronstadt

    28/11/2017

    Rolando Astarita

    Profesor en la Universidad de Quilmes y de Buenos Aires. Fue militante del PST y la LCR.

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  • Marga Ferré

    Presidenta de la FEC (Fundación Europa de los Ciudadanos) y miembro de la red europea de pensamiento crítico Transform!

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  • Jordi Borja

    Geógrafo urbanista, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya

    Los partidos comunistas nacieron con la revolución rusa de 1917. Casi siempre los fundadores fueron colectivos socialistas y sindicalistas radicalizados por la guerra y por las condiciones de vida de los trabajadores. Nacieron como una esperanza, un mito movilizador, una doctrina salvadora, un afán apostólico, una vocación militante vanguardista. Con una madre protectora, la URSS. Como constaba en los principios de la Internacional comunista proclamaban: los proletarios de todo el mundo tienen dos patrias, la propia y la URSS. Los PP.CC. nacieron con el alma marxista-leninista, con el modelo de la revolución del 17 y el librito...
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  • Montserrat Galcerán

    Catedrática de Filosofía y concejala de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid

    Han pasado cien años de la revolución rusa de 1917, ¡cuánto tiempo y cuán poco! A los cien años de la revolución francesa, en 1889, los socialistas marxistas conmemoraban un acontecimiento fundamental de la historia que había abierto el camino a la Comuna de París de 1871 y a la revolución socialista que se avecinaba. Lo que vino fue una revolución socialista sui generis cuyo eco se prolongó durante el siglo XX, pero cuyo impulso ya desde el 68 parece agotado. La desaparición del bloque socialista no abrió nuevas esperanzas, a pesar de que el capitalismo se haya convertido...
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  • Francisco Louça

    Político y economista

    En sus Notas de Prisión, Rosa Luxemburgo, que acompañaba en la distancia, pero con fervor, la revolución en Petrogrado y Moscú, consciente de los riesgos y de los peligros – tal vez con más clarividencia que cualquier dirigente revolucionario de esa segunda generación del marxismo-, apeló a la solidaridad sin abdicar de su espíritu crítico. Escribió que “Concretamente, lo que nos puede traer luz a los tesoros de la experiencia y las enseñanzas no es una apología ciega, sino una crítica penetrante y reflexiva. Porque una revolución proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial, estrangulado...
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    El contexto en el que triunfa la Revolución de Octubre es el de la crisis de la primera globalización de finales del siglo XIX. Dicha crisis es sancionada con el nacimiento de los imperialismos que se dirimen en la primera guerra mundial. El coste para el capitalismo de este periodo es la Revolución socialista en Rusia y el Crack económico del 29, crisis que da lugar a la aparición del fascismo y la posterior segunda guerra mundial. Para los bolcheviques, la reconstrucción de un proyecto socialista en aquel contexto requería de formas y sujetos nuevos, situando esa nueva referencia...
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  • Walter Baier

    Coordinador político de la red europea de pensamiento crítico Transform!

    Creo que estoy libre de la sospecha de ser un defensor del comunismo. Sin embargo, no puedo dejar de ver algo supersticioso e infantil en el horror que siente el mundo burgués ante el comunismo, este horror del que ha vivido tanto tiempo el fascismo, es decir, la idiotez fundamental de nuestra época. Thomas Mann, 1946 La importancia de la revolución bolchevique en octubre de 1917 puede medirse por el esfuerzo que todavía se hace hoy, 100 años después, en depreciar este suceso en su magnitud. ¿Se puede decir entonces que es imposible realizar una valoración equilibrada, debido a...
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  • Catherine Samary

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  • Juan Manuel Vera

    Economista, Consejo editorial de Trasversales

    La conmemoración del centenario de la revolución rusa plantea algunas interesantes cuestiones sobre la identidad de lo que se ha llamado izquierda a lo largo del siglo veinte. También podría servir para comprender las razones por las que la herencia del octubre soviético no forma parte del arsenal de instrumentos para desarrollar las nuevas prácticas sociales de lucha contra el capitalismo neoliberal sino, más bien, una pesada losa histórica que dificulta la construcción de una alternativa al imaginario capitalista. Por supuesto, el punto de partida deberían ser los hechos históricos con su singularidad. Sin embargo, no es posible hablar...
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  • José Luis Mateos

    Sociólogo, sindicalista, miembro de la Fundación Andreu Nin

    Nadie consideraría razonable condenar la Revolución francesa por la evolución de la sociedad capitalista. En cambio, sí es habitual desacreditar la Revolución rusa desde los escombros dejados por el socialismo real, esa construcción política recreada por el estalinismo. Se trata de la Revolución rusa y no solo de Octubre, de un complejo e inaudito proceso revolucionario del que Octubre fue su culminación. Una culminación que conviene recordar se podría llenar de matices, pues ese mismo proceso supera y se proyecta por encima del mítico mes. Respetando el calendario gregoriano, nos encontramos con profundas convulsiones sociales y políticas: Revolución de Febrero,...
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  • Fabrizio Burattini

    Sindicalista, exdirigente de la CGIL de la enseñanza y de la USB, y miembro de Sinistra Anticapitalista

    El año 1917 supuso una verdadera línea divisoria en la historia del movimiento socialista. Desde luego el factor determinante fue la Revolución Rusa, pero, igualmente decisivos fueron los acontecimientos, las elaboraciones y las elecciones que diversos actores colectivos e individuales protagonizaron en ese periodo en otros muchos países. Toda Europa fue golpeada por fuertes contradicciones entre, por una parte, un desarrollo económico impetuoso y, por otro, unas deprimidas y bloqueadas condiciones de vida de las masas populares. Una contradicción evidente para todos trabajadores y ciudadanos que veían las riquezas nacionales crecer muy deprisa y las condiciones de vidas de sus...
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  • François Sabado

    Ex dirigente de la Liga Comunista Revolucionaria de Francia y de la IV Internacional

    El punto de vista que defiendo es que la Revolución rusa fue gran acontecimiento en la historia de la emancipación de los pueblos. Un momento extraordinario en el cual las clases dominantes pierden el dominio que les parecía asegurado por los siglos de los siglos. Y en el cual las masas populares desbaratan todo para tomar el destino en sus manos. Ante la pregunta histórica y teórica decisiva: ¿Había que tomar el poder en las condiciones precisas de Octubre de 1917?, seguimos convencidos de que la respuesta es positiva. El ímpetu de esta movilización antes, durante y después de Octubre...
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  • Fernando López Agudín

    Periodista

    Extraño aniversario el centenario de la revolución bolchevique. Envuelto en un escenario capitalista, que es justamente el que buscaban superar los compañeros de Lenin, aparece protagonizado tanto por sus más encarnizados enemigos, en un ajuste de cuentas histórico, como por sus más implacables críticos, en un intento de extraer lecciones de la implosión del estado obrero que nació de la insurrección de 1917. De esa experiencia, más de setenta años de existencia de la Unión Soviética, unos y otros, eso sí con fines opuestos, coinciden en no pocos de los análisis. Desde la ausencia de democracia, como si...
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  • Constantino Bértolo

    crítico cultural

    La celebración del primer centenario de la revolución soviética sin duda debería y podría ser la ocasión propicia para deconstruir al menos algunas secuencias , interpretaciones y lugares comunes que recaen sobre aquel acontecimiento y sus protagonistas. Ni la revolución es la toma del Palacio de Invierno ni el partido bolchevique es una secta uniforme y dogmática en donde Lenin recibe obediencia y ejerce su autoridad sin discusión alguna. Todo lo contrario. La revolución es la culminación de un largo y complejo proceso, el partido bolchevique es una inteligencia crítica, autocrítica y activa y Lenin es un revolucionario que...
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  • Elena Cabezalí García

    Historiadora

    La importancia de la Revolución de Octubre de 1917 cuyo centenario conmemoramos, puede medirse por la magnitud del bombardeo ideológico desencadenado contra ella, que dura también cien años. Un siglo de ataques desde la derecha y la izquierda, para presentar la primera revolución obrera triunfante como un gran error, que trajo al pueblo muchas calamidades y lo entregó a las garras de despiadados dictadores. El discurso contrarrevolucionario se construyó para justificar la intervención de las potencias desde el año 1918, se amplió al calor de la represión estalinista y se fortaleció durante la Guerra Fría, mientras...
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  • Josefina Luzuriaga Martínez

    Historiadora

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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

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  • Gabriel Flores

    Economista

    El colapso de los sistemas de tipo soviético existentes en Europa central y oriental conformó un inédito acontecimiento revolucionario que se llevó por delante con extraordinaria rapidez el viejo orden administrativo. Entre 1989 y 1991 se desbarató un bloque de países que tenía sus señas de identidad enraizadas en la Revolución de Octubre que estaba en su origen. La disolución formal de la URSS en diciembre de 1991 fue el acto final, el resultado del evidente agotamiento histórico de un movimiento revolucionario a escala mundial que se fundó y tomó impulso en la insurrección bolchevique de octubre de 1917. Comienzo...
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  • Marina Albiol

    Diputada en el Parlamento Europeo y responsable de relaciones internacionales de Izquierda Unida

    ​Revolución es una palabra que escuchamos muchas veces, pero que adquiere su significado más profundo y esperanzador para las clases y los pueblos oprimidos cuando nos referimos a la Rusia del 17. No encuentro mejores ejemplos que la Revolución Francesa de 1789 y el alzamiento bolchevique para demostrar que, lejos de ser un sueño irrealizable, podemos cambiar el mundo desde sus cimientos para que los que hoy no son nada, lleguen a serlo todo. Por eso, cien años después, las clases dominantes de todo el planeta se unen para mentir y arrojar confusión sobre aquellos acontecimientos y, también por eso,...
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  • Antonio Rubira León

    Como señala el Profesor Fontana, el centenario de la Revolución Rusa de octubre de 1917, debe servir para “sacar lecciones útiles para un presente de desconcierto e incertidumbre”. Yo añadiría, además, para comprender mejor las derrotas revolucionarias desde entonces. Aunque la lucha de clases se expresa siempre de forma concreta y todas las revoluciones bajo el capitalismo industrial son distintas, todas tienen fundamentos políticos similares. No todas las situaciones revolucionarias terminan en revolución, de la misma manera que no toda revolución culmina en victoria. De hecho, la mayor parte de las revoluciones del siglo XX han sido derrotadas. La excepcionalidad...
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  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    Cuando a mediados del siglo XIX los jóvenes revolucionarios Karl Marx y Friedrich Engels iniciaron su obra, orientaron su trabajo hacia la resolución de un “enigma histórico”, el planteado por la continuidad en el tiempo de las desigualdades entre minorías acaudaladas y mayorías empobrecidas, al tiempo que la creciente productividad del trabajo humano permite erradicarlas. Para ello, partieron de una cuestión clave: ¿De qué manera debería reorganizarse el mundo para construir un nuevo orden basado en la justicia? ¿Quién debería ser el agente impulsor de esta transformación? La respuesta estableció los fundamentos del marxismo: que sintetizo a continuación: 1) Todo...
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  • José Antonio Errejón

    Licenciado en Ciencias Políticas y Economista

    El centenario de la Revolución de Octubre y el balance de este siglo de historia en buena medida determinada por ella nos colocan ante lo que, creo, es la cuestión más importante, saber si y en qué medida Octubre sigue operando como el gran foco de aliento y esperanza para millones de personas que en diversas zonas del mundo sufren la injusticia y la opresión y aspiran a una vida distinta. Hace casi treinta años que vinieron abajo con una imprevista facilidad la mayor parte de los regímenes políticos que se declaraban herederos del Octubre del 17 y los que...
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  • Cesar Roa

    La mirada del triunfador no suele conducir a una comprensión más cabal de la historia. Para quien se encuentra poseído por la creencia de que los individuos, clases sociales o naciones más merecedores del éxito han ganado la partida, el pasado aparece exclusivamente como el escenario en el que los vencedores van perfilándose y derrotando progresivamente a sus rivales hasta la apoteosis final del presente. La historia queda degradada al relato de la marcha victoriosa de las actuales clases dominantes sobre los obstáculos que ocasionalmente han intentado frenarla. Dentro de esta perspectiva, las revoluciones sociales que una vez...
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  • José Luis Zárraga

    Sociólogo

    Fontana abre un abanico muy amplio de temas sobre la revolución rusa y el desarrollo de la sociedad soviética. En este centenario tendremos ocasiones para discutir todos esos temas, que no son cuestiones históricas que se agotan en sí mismas sino punto de partida fundamental para reflexionar y debatir sobre la construcción del socialismo. Pero para empezar, sería bueno fijar la atención en el acontecimiento que ahora se conmemora: la revolución soviética de octubre de 1917 y su desarrollo inicial en los años críticos de 1917 a 1923, el periodo que va desde la toma del poder hasta la...
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