El despertar de las esperanzas

  • Fabrizio Burattini

    Fabrizio Burattini

    Sindicalista, exdirigente de la CGIL de la enseñanza y de la USB, y miembro de Sinistra Anticapitalista

18.10.2017

Debate principal: Debate sobre la Revolución de 1917

El año 1917 supuso una verdadera línea divisoria en la historia del movimiento socialista. Desde luego el factor determinante fue la Revolución Rusa, pero, igualmente decisivos fueron los acontecimientos, las elaboraciones y las elecciones que diversos actores colectivos e individuales protagonizaron en ese periodo en otros muchos países.

Toda Europa fue golpeada por fuertes contradicciones entre, por una parte, un desarrollo económico impetuoso y, por otro, unas deprimidas y bloqueadas condiciones de vida de las masas populares. Una contradicción evidente para todos trabajadores y ciudadanos que veían las riquezas nacionales crecer muy deprisa y las condiciones de vidas de sus familias y de su clase social paradas o empeorándose continuamente.

Este fenómeno involucró también a Italia que, partiendo de la condición de país muy atrasado y fundamentalmente agrícola, experimentó un desarrollo industrial importante; pero todo ello solo benefició a una pequeñísima élite.

El país fue golpeado por numerosos episodios insurreccionales, como reacción a la pobreza y a la feroz represión de la monarquía de Saboya. El más importante fue la “Settimana rossa” (Semana roja) del junio 1914. La ciudad de Ancona conoció un gran levantamiento insurreccional, guiado por dirigentes socialistas, anarquistas y republicanos, que rápidamente se propagó en todo el centro de Italia, rozando también a Roma, y que se apagó solamente cuando la dirección reformista de la Confederación General del Trabajo desconvocó la huelga general que estaba paralizando desde hacía varios días todo el país.

Unos pocos días después, como es sabido, con la excusa del asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Ferdinando, estalló la Primera guerra mundial, que pareció bloquear todos los fermentos populares, facilitando el espacio a la derecha y dejando vía libre a los dirigentes más reformistas para practicar aún más explícitamente una política de la colaboración de clases.

Pero la resaca nacionalista no consiguió ahogar durante demasiado tiempo la rabia de los pueblos ante una guerra que duraba ya varios años. En Turín, la ciudad más industrializada en aquella época, en el agosto del 1917, las mujeres de la clase obrera, desesperadas por la persistente falta de pan, saquearon las tiendas, los cuarteles de los militares, las iglesias, tomando los suministros acaparados por las clases privilegiadas. La ciudad quedó bloqueada por la huelga general varios días. Durante un mitin dos mencheviques rusos, invitados a hablar por unos dirigentes sindicales, fueron interrumpidos por la multitud al grito de “¡Viva Lenin! ¡Viva la Revolución Rusa!”. Todo acabó cuando la represión “devolvió el orden” en la ciudad con un saldo de más de cincuenta muertos.

Es en un contexto como el descrito, con muchos acontecimientos análogos en muchos más países del continente, en el que el 8 de marzo estalla en la capital rusa de Petrogrado la revuelta del pueblo que dará inicio a aquella fase extraordinaria que acabó ocho meses después en la toma del Palacio de Invierno. Una sublevación iniciada también en ese momento por las mujeres y que se propagó en pocas horas en todas las capas populares. Una revolución que, como todas las revoluciones, a diferencia de las reconstrucciones policiales, no fue diseñada en la mesa por ningún conspirador fanático, sino que nació por el acuerdo y entendimiento popular que hizo vibrar simultáneamente la indignación, el enfado y las esperanzas que invadieron los corazones de miles de personas.

Entre otras cosas, los conspiradores potenciales estaban todos muy lejos de Petrogrado: Lenin en Suiza, Trotsky en América, el mismo Stalin en Siberia, como estaban lejos también los principales dirigentes de otras formaciones políticas revolucionarias, mencheviques o populistas. Es más, estos dirigentes se sorprendieron por el carácter inesperado y profundo de la Revolución de Febrero.

Las masas de Petrogrado y de otras ciudades rusas que rápidamente se juntaron a la revuelta fueron más allá de las mismas esperanzas de los revolucionarios más comprometidos, que tuvieron organizar muy de prisa y entre muchas dificultades su vuelta en patria.

Pero la Revolución Rusa, que tan eficazmente demuestra el poder de la dinámica específica de las masas, a menudo bastante sorprendente también para los militantes más fuertemente comprometidos en actividades políticas y sociales, no se puede describir en absoluto como un himno a la espontaneidad. En los meses que pasan entre marzo y octubre, es muy decisivo el papel subjetivo de las fuerzas políticas y, en particular, del partido bolchevique. No sólo eso, podemos decir que es completamente decisivo el papel subjetivo de ciertas personalidades. Absolutamente crucial es el papel de Lenin, con su batalla muy difícil en el partido contra cualquier intento de colaborar con el gobierno liberal y la aún más delicada lucha por convencer a la mayoría de los bolcheviques elegir el camino de la sublevación.

Más decisiva aún fue la inesperada colaboración entre Lenin y Trotsky, entre los cuales en los años anteriores hubo sólo discrepancias. Es extraño que el liderazgo del levantamiento fuese confiado por Lenin a un «bolchevique recién llegado». Pero ese giro y confianza son la consecuencia de la aceptación por parte del partido de Lenin de lo que había sido desde hace una quincena de años la tesis de Trotsky, que, con una frase que pedimos prestada al Che Guevara, podríamos sintetizar en la consigna: «O revolución socialista o caricatura de la revolución».

Elegir el eslogan «Todo el Poder a los Soviets», además, no sólo rompió la colaboración de los mencheviques, sino que derrotó todas las teorías mecanicistas y economicistas que también dominaban en todo el movimiento socialista mundial, incluyendo la mayoría de sus alas más radicales y particularmente de aquellos que fueron considerados universalmente como «los herederos de Marx». La idea de que la historia non facit saltus («la historia no da saltos») rechazaba radicalmente la posibilidad de que el proletariado organizado y su partido pudieran tomar el poder en el país europeo más atrasado, desde el punto de vista económico, social, cultural, político. Sin embargo, esto fue así, gracias a la acción voluntaria y subjetiva de un partido y sus principales dirigentes.

La revolución no sólo entregó el poder a esa formidable herramienta de autoorganización social que fueron los soviets, sino que comenzó una transformación de la sociedad rusa, a nivel económico, social, cultural, de los derechos civiles y de las reivindicaciones de las mujeres sin igual en la historia, además de practicar una política sin precedentes de una «paz unilateral incondicional” para poner fin a la matanza que ensangrentaba el continente. Lenin había podido anticipar y sintetizar esta política en su escrito «La catástrofe inminente y cómo luchar contra ella», que sigue siendo un inigualable ejemplo de un programa revolucionario.

La elección del poder soviético rompe otro elemento estratégico crucial asumido por la mayoría del movimiento marxista después de Marx según el cual la revolución consistía en un cambio de las fuerzas dominantes dentro del aparato estatal. Un Estado que de burgués se convertiría en proletario sin una drástica destrucción de sus aparatos de poder y represión y de sus formas de organización, de su ser «excrecencia parasitaria» de la sociedad. Una estrategia que sustenta el «cretinismo parlamentario» que ya marcó desde entonces a la mayoría de los socialdemócratas y que determinó también una involución de sus epígonos.

Por el contrario, la línea elegida por Lenin -definida en su obra maestra política y teórica, que fue “El Estado y la Revolución” escrita en la clandestinidad en agosto de 1917 ante la urgencia de las de los acontecimientos que se precipitaban en Petrogrado- se entronca con las elaboraciones de Marx en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, “La Guerra Civil en Francia”, “Crítica del programa de Gotha”, y se enlaza también con los escritos de los años previos a la Primera Guerra Mundial del socialista holandés Anton Pannekoek, en polémica explícita con el marxismo oficial.

Por supuesto, lo que sucedió en la Rusia Soviética en los años siguientes, y más aún después de la muerte de Lenin, contaminó indeleblemente la memoria del 1917, dando voz a los más feroces detractores del socialismo y de la izquierda. Por supuesto, este argumento, el de la degeneración del sueño del octubre de 1917 hasta el colapso de la URSS en 1989, no puede obviarse, aunque no puede ser tratado en este artículo.

Es un hecho que las elecciones hechas por los líderes bolcheviques en 1917 tenían muy pocas alternativas. A todos los defensores tardíos de la idea según la cual hubiese sido mejor dejar con vida el gobierno liberal de Kerensky, hay que recordarles que no era una posibilidad incluida en los acontecimientos concretos y reales. La alternativa estaba limitada a la revolución socialista o a la imposición de las peores medidas reaccionarias de aquellos que más tarde se convirtieron, no por casualidad, en los cabecillas de las bandas contrarrevolucionarias que ensangrentaron ese inmenso país hasta 1921. Realmente el dilema era escoger entre el poder de los soviets o la imposición, en un territorio ilimitado, de un poder proto fascista que se habría combinado unos años más tarde con los fascismos que estaban surgiendo en otros países del continente. Una combinación venenosa que habría marcado dramáticamente la evolución del siglo XX en un sentido aún más trágico de lo que fue.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Pocas veces un triunfo político tan deslumbrante y esperanzador como la toma del poder por los soviets en la Rusia zarista tuvo un desenlace tan dramático y devastador para la conciencia del movimiento popular en todo el mundo. Este es el meollo de la cuestión que intentan explicar buena parte de los artículos de Espacio Público del debate titulado “Hablemos de la Revolución de Octubre”. Pero es pertinente hacerse algunas preguntas. ¿Tiene algún interés reflexionar sobre acontecimientos ocurridos en Rusia hace un siglo? ¿Por qué se han publicado más de 11.000 artículos en el mundo durante los meses de...
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  • Pelai Pagès i Blanch

    Historiador

    Cuando a principios de noviembre de 1917 llegaron a España las primeras noticias sobre la revolución bolchevique en Rusia, el movimiento obrero español se encontraba en la fase de reflexión colectiva que caracteriza el período posterior a un movimiento revolucionario fracasado, como fue la huelga general revolucionaria que había tenido lugar en el mes de agosto. Y se encontraba también en un momento de reestructuración y reorganización ante los futuros combates que se preparaban. 1918 es un año de Congresos para la Unión General de Trabajadores, para el Partido Socialista Obrero Español y para la Confederación Nacional del Trabajo. Pero...
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  • Pedro Chaves

    Politólogo, investigador especializado en la UE

    En el segundo centenario de la Revolución Francesa, Den Xiao-Ping, veterano dirigente de la República Popular China hasta 1997, comentó que no había transcurrido tiempo suficiente para tener una verdadera perspectiva histórica sobre el impacto de tan magno acontecimiento. La Revolución Rusa de 1917 forma parte de esos magnos acontecimientos que igualan en trascendencia y significación a la Revolución Francesa de 1789. Subvirtió la realidad existente y creó una nueva dimensión histórica en nuestra sociedad. Desde noviembre de 1917, la victoria de los bolcheviques formó parte de lo cotidiano de nuestra existencia y el Siglo XX no puede...
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  • Javier Pastor Verdú

    Editor de 'Viento Sur' y profesor en el Departamento de Ciencias Políticas en la UNED

    * Prólogo de 'Historia de la Revolución rusa' de León Trotsky Al igual que Tucídides, Dante, Maquiavelo, Heine, Marx, Herzen y otros pensadores y poetas, Trotsky alcanzó su plena eminencia como escritor en el exilio durante los pocos años de Prinkipo. La posteridad lo recordará como el historiador, así como el dirigente, de la Revolución de Octubre (Isaac Deutscher, 1969:206). Así pues, sea cual sea el desfase que se observa entre las realidades que genera la Revolución de Octubre, por un lado, y, por el otro, el ideal del proyecto socialista tal como lo imaginaban los bolcheviques, la obra de Trotsky...
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  • Kronstadt

    28/11/2017

    Rolando Astarita

    Profesor en la Universidad de Quilmes y de Buenos Aires. Fue militante del PST y la LCR.

    1. El programa de Kronstadt En los estudios y debates acerca de las causas que llevaron a la burocratización de la Revolución de Octubre, la cuestión de Kronstadt ocupa un rol prominente. Recordemos que en marzo de 1921 los marineros de la fortaleza naval del golfo de Finlandia se levantaron contra el gobierno bolchevique, y establecieron una comuna revolucionaria durante 16 días. El levantamiento fue aplastado, y los sublevados fueron duramente castigados. Tradicionalmente, tanto los stalinistas como los trotskistas defendieron esa represión de Kronstadt afirmando que se trató de un movimiento contrarrevolucionario. Y el argumento central para demostrar ese supuesto carácter...
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  • Marga Ferré

    Presidenta de la FEC (Fundación Europa de los Ciudadanos) y miembro de la red europea de pensamiento crítico Transform!

    Lecciones para el presente de la revolución de octubre: Informe Semanal tuvo a bien dedicar un reportaje a la Revolución de Octubre en su centenario y de los 10 minutos que duró, 6 los dedicaron a describir la muerte de los Romanov y 4 a asentar la teoría del golpe de Estado dictatorial, diseñado desde el primer momento por la pérfida cabeza de Lenin. Por muy burda que sea esta representación histórica de los hechos del 17, cumple su función al reproducir la ortodoxia neoliberal sobre el siglo XX, tan reiterada y profusamente repetida por los medios y por...
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  • Jordi Borja

    Geógrafo urbanista, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya

    Los partidos comunistas nacieron con la revolución rusa de 1917. Casi siempre los fundadores fueron colectivos socialistas y sindicalistas radicalizados por la guerra y por las condiciones de vida de los trabajadores. Nacieron como una esperanza, un mito movilizador, una doctrina salvadora, un afán apostólico, una vocación militante vanguardista. Con una madre protectora, la URSS. Como constaba en los principios de la Internacional comunista proclamaban: los proletarios de todo el mundo tienen dos patrias, la propia y la URSS. Los PP.CC. nacieron con el alma marxista-leninista, con el modelo de la revolución del 17 y el librito...
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  • Montserrat Galcerán

    Catedrática de Filosofía y concejala de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid

    Han pasado cien años de la revolución rusa de 1917, ¡cuánto tiempo y cuán poco! A los cien años de la revolución francesa, en 1889, los socialistas marxistas conmemoraban un acontecimiento fundamental de la historia que había abierto el camino a la Comuna de París de 1871 y a la revolución socialista que se avecinaba. Lo que vino fue una revolución socialista sui generis cuyo eco se prolongó durante el siglo XX, pero cuyo impulso ya desde el 68 parece agotado. La desaparición del bloque socialista no abrió nuevas esperanzas, a pesar de que el capitalismo se haya convertido...
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  • Francisco Louça

    Político y economista

    En sus Notas de Prisión, Rosa Luxemburgo, que acompañaba en la distancia, pero con fervor, la revolución en Petrogrado y Moscú, consciente de los riesgos y de los peligros – tal vez con más clarividencia que cualquier dirigente revolucionario de esa segunda generación del marxismo-, apeló a la solidaridad sin abdicar de su espíritu crítico. Escribió que “Concretamente, lo que nos puede traer luz a los tesoros de la experiencia y las enseñanzas no es una apología ciega, sino una crítica penetrante y reflexiva. Porque una revolución proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial, estrangulado...
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    El contexto en el que triunfa la Revolución de Octubre es el de la crisis de la primera globalización de finales del siglo XIX. Dicha crisis es sancionada con el nacimiento de los imperialismos que se dirimen en la primera guerra mundial. El coste para el capitalismo de este periodo es la Revolución socialista en Rusia y el Crack económico del 29, crisis que da lugar a la aparición del fascismo y la posterior segunda guerra mundial. Para los bolcheviques, la reconstrucción de un proyecto socialista en aquel contexto requería de formas y sujetos nuevos, situando esa nueva referencia...
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  • Walter Baier

    Coordinador político de la red europea de pensamiento crítico Transform!

    Creo que estoy libre de la sospecha de ser un defensor del comunismo. Sin embargo, no puedo dejar de ver algo supersticioso e infantil en el horror que siente el mundo burgués ante el comunismo, este horror del que ha vivido tanto tiempo el fascismo, es decir, la idiotez fundamental de nuestra época. Thomas Mann, 1946 La importancia de la revolución bolchevique en octubre de 1917 puede medirse por el esfuerzo que todavía se hace hoy, 100 años después, en depreciar este suceso en su magnitud. ¿Se puede decir entonces que es imposible realizar una valoración equilibrada, debido a...
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  • Catherine Samary

    Economista especializada en los Balcanes, profesora de la Universidad Paris Dauphine, pertenece al consejo científico de ATTAC Francia y miembro de la IV Internacional. http://csamary.free.fr

    Todos los pasados no tienen idéntico porvenir, podemos afirmar con Daniel Bensaïd. Octubre 1917 no se dejará enterrar fácilmente. Su inmenso legado, que se debe actualizar, es haberse atrevido a poner en la agenda el cuestionamiento del orden existente –sin recetas y no sin trágicos errores-, enfrentándose a las guerras y violencias sociales de los poderosos, a escala nacional e internacional. Sin embargo, cien años más tarde, a pesar de que la "hipótesis comunista" parece descartada, muchos puntos comunes nos acercan a los desafíos de Octubre. La hipótesis menchevique, según la cual había que esperar de un desarrollo capitalista los...
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  • Juan Manuel Vera

    Economista, Consejo editorial de Trasversales

    La conmemoración del centenario de la revolución rusa plantea algunas interesantes cuestiones sobre la identidad de lo que se ha llamado izquierda a lo largo del siglo veinte. También podría servir para comprender las razones por las que la herencia del octubre soviético no forma parte del arsenal de instrumentos para desarrollar las nuevas prácticas sociales de lucha contra el capitalismo neoliberal sino, más bien, una pesada losa histórica que dificulta la construcción de una alternativa al imaginario capitalista. Por supuesto, el punto de partida deberían ser los hechos históricos con su singularidad. Sin embargo, no es posible hablar...
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  • José Luis Mateos

    Sociólogo, sindicalista, miembro de la Fundación Andreu Nin

    Nadie consideraría razonable condenar la Revolución francesa por la evolución de la sociedad capitalista. En cambio, sí es habitual desacreditar la Revolución rusa desde los escombros dejados por el socialismo real, esa construcción política recreada por el estalinismo. Se trata de la Revolución rusa y no solo de Octubre, de un complejo e inaudito proceso revolucionario del que Octubre fue su culminación. Una culminación que conviene recordar se podría llenar de matices, pues ese mismo proceso supera y se proyecta por encima del mítico mes. Respetando el calendario gregoriano, nos encontramos con profundas convulsiones sociales y políticas: Revolución de Febrero,...
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  • Fabrizio Burattini

    Sindicalista, exdirigente de la CGIL de la enseñanza y de la USB, y miembro de Sinistra Anticapitalista

    El año 1917 supuso una verdadera línea divisoria en la historia del movimiento socialista. Desde luego el factor determinante fue la Revolución Rusa, pero, igualmente decisivos fueron los acontecimientos, las elaboraciones y las elecciones que diversos actores colectivos e individuales protagonizaron en ese periodo en otros muchos países. Toda Europa fue golpeada por fuertes contradicciones entre, por una parte, un desarrollo económico impetuoso y, por otro, unas deprimidas y bloqueadas condiciones de vida de las masas populares. Una contradicción evidente para todos trabajadores y ciudadanos que veían las riquezas nacionales crecer muy deprisa y las condiciones de vidas de sus...
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  • François Sabado

    Ex dirigente de la Liga Comunista Revolucionaria de Francia y de la IV Internacional

    El punto de vista que defiendo es que la Revolución rusa fue gran acontecimiento en la historia de la emancipación de los pueblos. Un momento extraordinario en el cual las clases dominantes pierden el dominio que les parecía asegurado por los siglos de los siglos. Y en el cual las masas populares desbaratan todo para tomar el destino en sus manos. Ante la pregunta histórica y teórica decisiva: ¿Había que tomar el poder en las condiciones precisas de Octubre de 1917?, seguimos convencidos de que la respuesta es positiva. El ímpetu de esta movilización antes, durante y después de Octubre...
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  • Fernando López Agudín

    Periodista

    Extraño aniversario el centenario de la revolución bolchevique. Envuelto en un escenario capitalista, que es justamente el que buscaban superar los compañeros de Lenin, aparece protagonizado tanto por sus más encarnizados enemigos, en un ajuste de cuentas histórico, como por sus más implacables críticos, en un intento de extraer lecciones de la implosión del estado obrero que nació de la insurrección de 1917. De esa experiencia, más de setenta años de existencia de la Unión Soviética, unos y otros, eso sí con fines opuestos, coinciden en no pocos de los análisis. Desde la ausencia de democracia, como si...
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  • Constantino Bértolo

    crítico cultural

    La celebración del primer centenario de la revolución soviética sin duda debería y podría ser la ocasión propicia para deconstruir al menos algunas secuencias , interpretaciones y lugares comunes que recaen sobre aquel acontecimiento y sus protagonistas. Ni la revolución es la toma del Palacio de Invierno ni el partido bolchevique es una secta uniforme y dogmática en donde Lenin recibe obediencia y ejerce su autoridad sin discusión alguna. Todo lo contrario. La revolución es la culminación de un largo y complejo proceso, el partido bolchevique es una inteligencia crítica, autocrítica y activa y Lenin es un revolucionario que...
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  • Elena Cabezalí García

    Historiadora

    La importancia de la Revolución de Octubre de 1917 cuyo centenario conmemoramos, puede medirse por la magnitud del bombardeo ideológico desencadenado contra ella, que dura también cien años. Un siglo de ataques desde la derecha y la izquierda, para presentar la primera revolución obrera triunfante como un gran error, que trajo al pueblo muchas calamidades y lo entregó a las garras de despiadados dictadores. El discurso contrarrevolucionario se construyó para justificar la intervención de las potencias desde el año 1918, se amplió al calor de la represión estalinista y se fortaleció durante la Guerra Fría, mientras...
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  • Josefina Luzuriaga Martínez

    Historiadora

    El 8 de marzo de 1917, en el día internacional de las mujeres, daba comienzo la Revolución rusa. Las obreras de las fábricas textiles de Petrogrado salieron a la huelga y agitaron en las fábricas vecinas: “¡Abajo la guerra!”, “¡Pan para los obreros!”. Poco después se vivó una inmensa huelga general, que terminó con el Imperio de los Zares. Los censos de 1897-1914 muestran que había 20 millones de mujeres trabajadoras en el Imperio ruso. Cerca de la mitad estaban ocupadas en tareas domésticas, mientras un quinto eran obreras industriales. Hacia 1917, la cifra de trabajadoras industriales alcanzó 7,5 millones....
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    En la última década se ha sucedido un ciclo de movilizaciones de carácter global, fruto de un contexto de indignación social consecuencia de la crisis, contexto en el que surge de nuevo el debate de las nuevas formas de comunismo hoy. Para el historiador Juan Andrade, el debate del comunismo en la actualidad se diferencia respecto al de décadas anteriores, en el hecho que se desarrolla sobre todo en el campo de la Filosofía y los estudios culturales, más que en el de las ciencias sociales. En España, dicho debate es conocido por la publicación del libro colectivo editado por el...
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  • Gabriel Flores

    Economista

    El colapso de los sistemas de tipo soviético existentes en Europa central y oriental conformó un inédito acontecimiento revolucionario que se llevó por delante con extraordinaria rapidez el viejo orden administrativo. Entre 1989 y 1991 se desbarató un bloque de países que tenía sus señas de identidad enraizadas en la Revolución de Octubre que estaba en su origen. La disolución formal de la URSS en diciembre de 1991 fue el acto final, el resultado del evidente agotamiento histórico de un movimiento revolucionario a escala mundial que se fundó y tomó impulso en la insurrección bolchevique de octubre de 1917. Comienzo...
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  • Marina Albiol

    Diputada en el Parlamento Europeo y responsable de relaciones internacionales de Izquierda Unida

    ​Revolución es una palabra que escuchamos muchas veces, pero que adquiere su significado más profundo y esperanzador para las clases y los pueblos oprimidos cuando nos referimos a la Rusia del 17. No encuentro mejores ejemplos que la Revolución Francesa de 1789 y el alzamiento bolchevique para demostrar que, lejos de ser un sueño irrealizable, podemos cambiar el mundo desde sus cimientos para que los que hoy no son nada, lleguen a serlo todo. Por eso, cien años después, las clases dominantes de todo el planeta se unen para mentir y arrojar confusión sobre aquellos acontecimientos y, también por eso,...
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  • Antonio Rubira León

    Como señala el Profesor Fontana, el centenario de la Revolución Rusa de octubre de 1917, debe servir para “sacar lecciones útiles para un presente de desconcierto e incertidumbre”. Yo añadiría, además, para comprender mejor las derrotas revolucionarias desde entonces. Aunque la lucha de clases se expresa siempre de forma concreta y todas las revoluciones bajo el capitalismo industrial son distintas, todas tienen fundamentos políticos similares. No todas las situaciones revolucionarias terminan en revolución, de la misma manera que no toda revolución culmina en victoria. De hecho, la mayor parte de las revoluciones del siglo XX han sido derrotadas. La excepcionalidad...
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  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    Cuando a mediados del siglo XIX los jóvenes revolucionarios Karl Marx y Friedrich Engels iniciaron su obra, orientaron su trabajo hacia la resolución de un “enigma histórico”, el planteado por la continuidad en el tiempo de las desigualdades entre minorías acaudaladas y mayorías empobrecidas, al tiempo que la creciente productividad del trabajo humano permite erradicarlas. Para ello, partieron de una cuestión clave: ¿De qué manera debería reorganizarse el mundo para construir un nuevo orden basado en la justicia? ¿Quién debería ser el agente impulsor de esta transformación? La respuesta estableció los fundamentos del marxismo: que sintetizo a continuación: 1) Todo...
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  • José Antonio Errejón

    Licenciado en Ciencias Políticas y Economista

    El centenario de la Revolución de Octubre y el balance de este siglo de historia en buena medida determinada por ella nos colocan ante lo que, creo, es la cuestión más importante, saber si y en qué medida Octubre sigue operando como el gran foco de aliento y esperanza para millones de personas que en diversas zonas del mundo sufren la injusticia y la opresión y aspiran a una vida distinta. Hace casi treinta años que vinieron abajo con una imprevista facilidad la mayor parte de los regímenes políticos que se declaraban herederos del Octubre del 17 y los que...
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  • Cesar Roa

    La mirada del triunfador no suele conducir a una comprensión más cabal de la historia. Para quien se encuentra poseído por la creencia de que los individuos, clases sociales o naciones más merecedores del éxito han ganado la partida, el pasado aparece exclusivamente como el escenario en el que los vencedores van perfilándose y derrotando progresivamente a sus rivales hasta la apoteosis final del presente. La historia queda degradada al relato de la marcha victoriosa de las actuales clases dominantes sobre los obstáculos que ocasionalmente han intentado frenarla. Dentro de esta perspectiva, las revoluciones sociales que una vez...
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  • José Luis Zárraga

    Sociólogo

    Fontana abre un abanico muy amplio de temas sobre la revolución rusa y el desarrollo de la sociedad soviética. En este centenario tendremos ocasiones para discutir todos esos temas, que no son cuestiones históricas que se agotan en sí mismas sino punto de partida fundamental para reflexionar y debatir sobre la construcción del socialismo. Pero para empezar, sería bueno fijar la atención en el acontecimiento que ahora se conmemora: la revolución soviética de octubre de 1917 y su desarrollo inicial en los años críticos de 1917 a 1923, el periodo que va desde la toma del poder hasta la...
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